Es triste comprobar que en este país la persona honesta sea vista como un idiota y el 'estafador y sin escrúpulos' como el 'vivo'. Que el que sigue las reglas sea el tonto, mientras que el tramposo y coimero, sea el digno de respeto. Ya es tiempo de desterrar frases vergonzosas como: 'estamos para darnos la mano, hermanito', 'cómo es la mía'. Porque esa forma tan cotidiana de pensar y actuar es una de las causas del atraso del Perú. Es la madre de tantas injusticias. La mejor forma de que las 'ratas' hagan de las suyas, para quienes la principal preocupación es llenarse los bolsillos con plata robada, con licitaciones amañadas, con pagos por lo bajo. Así postergamos indefinidamente el bienestar de todos. Basta de aceptar como algo 'normal' a ladrones en los cargos públicos. Exijamos gente capaz, pero sobre todo honesta. Al final, todo se resume a la cuestión de cuánto nos respetamos a nosotros mismos.
FUENTE :
http://www.trome.com/tonline/Html/2010-04-06/ontrpicotv1084088.html
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